Ricky Rubio: Regreso a Nunca Jamás
El baloncesto ha recuperado a Ricky Rubio. Y, sobre todo, él se ha encontrado consigo mismo. El de El Masnou ha dinamitado su récord personal de anotación en un partido, el de esta pasada madrugada, que no ha sido más que la culminación de un proceso que se comenzó a pergeñar a principios de esta temporada, maduró tras el All-Star (ese timo) y eclosionó en los últimos quince días. Ricky ha vuelto a donde lo dejó. A sus primeros años en Minnesota y, todavía más lejos, a sus juegos en Badalona. Cuando todo no era más que baloncesto y diversión. Y crecer jugando. O jugar creciendo. La isla de las sirenas estaba enfangada y Garfio, avejentado y triste, añoraba aquellas batallas sin normas para sentirse joven otra vez. Y la estrella, segunda a la derecha, había dejado de titilar para señalar el camino. Y Ricky se hizo mayor antes de tiempo. Y, junto a las malditas lesiones, perdió la ilusión del niño que llegó...